- Por: Katia Santoyo
La organización Isla Urbana, que se dedica a concientizar y realizar intervenciones para enfrentar la crisis hídrica en México, propone que es necesario conocer el uso y distribución del agua para poder plantear mejores formas de cuidado y reparto equitativo.
Conforme a la actualización de 2022 de la Comisión Nacional del Agua, aproximadamente estima que el agua en el país se utiliza un 75% en uso agrícola, ganadero y de acuacultura; el 15% corresponde al abastecimiento público doméstico y urbano; el 5.2% es de industria, comercios y servicios; y el 4.5% lo usan termoeléctricas.
En la publicación de “El agua de las cosas” se señala que en México el 96% del consumo de agua es virtual, lo cual se refiere a que la mayoría del agua que usamos se encuentra detrás de la fabricación o elaboración de los bienes, productos y servicios que son adquiridos y que no resulta tan perceptible en el producto final.
La huella hídrica es un indicador con el que se realiza una medición de la cantidad de agua requerida en los distintos procesos y que puede tratarse del líquido directamente extraído, captado por lluvia o utilizado por reciclaje.
La organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, calcularon que un kilo de carne vacuna implica 15 mil 400 litros de agua, un kilo de carne de oveja implica 8 mil 800 litros de agua, un kilo de cerdo se lleva 6 mil litros de agua y un kilo de pollo implica 4 mil 300 litros de agua.
Mientras que las legumbres implican 4 mil 100 litros de agua, los cereales mil 600 litros de agua, las hortalizas 320 litros de agua y las frutas 960 litros de agua.
En otros productos que también se han hecho cálculos del uso del agua, se sabe que para una jarra de café se utilizan 840 litros de agua, un litro de leche requiere mil litros de agua, una botella de vino 720 litros de agua, medio kilo de queso 2 mil 500 litros de agua y medio kilos de mantequilla 2 mil 700 litros de agua.
